El amor es un trabajo

El amor es un trabajo duro, muy duro diría yo; requiere dedicación, esfuerzo, paciencia, constancia y sacrificio. Todo al mismo tiempo. Es la jornada completa que no acaba nunca y que rodea todos tus entornos desde tu pareja, tu mascota, tu familia, tus amigos o al vecino del tercero. Está ahí desde que te levantas hasta que te acuestas.

Pero entendamos bien qué es un trabajo, porque no me refiero al típico sistema de ocho horas automatizado al más puro estilo taylorista con sus respectivas cadenas de montajes sino al trabajo que te apasiona, que te quita el sueño, que te hace caerte y levantarte al mismo tiempo, ese trabajo del que sabes que nunca te querrás jubilar, ese trabajo que sabes que aunque llegase la competencia y te ofreciese el doble tú… no lo aceptarías jamás.

¿Por qué? Porque te gusta lo que haces, porque te LLENA lo que tienes. Porque, sin más, quieres pasarte la vida haciendo de tu rutina un caos y de tu caos una rutina.

san valentin

Querido amor, te quiero porque eres, cada día, mi mayor reto y mi mejor proyecto.

El principio

Para empezar por el principio, tengo que empezar por la verdad:

No quería nada serio, no te busqué, ni siquiera pensaba en ti. La idea de lo que somos hoy era más bien una asignatura pendiente, ya sabes, como esa lluvia de un día de piscina… algo que no aprecias en ese momento.

Entonces ¿cómo pude enamorarme de ti? Fácil: no tenía otra alternativa. Claro que no, si te hubieras visto venir, a cámara lenta, con la banda sonora de tu risa, con el latido palpitando en mis pupilas. En ese instante, cuando sólo te había visto pero no te conocía, ya quería ser parte de ti, aunque empezara siendo solo la amiga de tu amiga. Esa sonrisa, ese acento, esas palabras que daban ritmo al vuelo de mi falda, esa forma de mirar, ese milagro de la vida que eras tú.

Si te hubieras visto…

La locura era tu compañera favorita, el carácter tu bandera y tu espalda, llena de pecas y lunares, la patria más bonita que han cruzado las fronteras.

De lejos quemabas, me atraías como las bombillas a los mosquitos. Sinceramente, no sabía si iba a morir en el intento, pero quemarme en tu pecho, que escondía el calor del mundo Sol, no me parecía ni siquiera un castigo. Y de cerca, fundías en ti hasta el alma. Erizabas la piel y lo que no es la piel. No hacía falta tocarte para sentirte, no hacían falta palabras para escucharte.

Repaso, una y otra vez, en mi cabeza cómo se accionó el mecanismo del NOSOTROS, sin preámbulos, sin avisos, sin que nadie tuviera la voluntad de enamorarse… De repente vernos fue como un engranaje que encajaba perfectamente, como la última pieza del puzle que, cuando se une con el resto, forma un mapa y puedes ver la globalidad, pues así era: inevitable, lógicamente teníamos que ser uno para ser siempre.

amor coche

Y por ser, claro que eres, tanto que yo ya no soy “yo”, yo soy “contigo”. Porque sin duda alguna, eres en mayúsculas LA PERSONA ADECUADA, la mano que me acompaña, quien me tapa por la noche, quien me salva por las mañanas. El amor de mi vida que me deja sin palabras. La historia de cómo una escéptica se hace creyente, de cómo los milagros pasan, y de cómo esta historia, colorín, colorado nunca se acabará.

Te quiero.

En unos minutos, te veo en casa.

50 sombras de GRIS

Todos sabemos cómo es el color gris, si lo piensas, te viene a la cabeza un color, uno determinado, pero diferente al que yo me estoy imaginando, porque el GRIS como el amor depende de cómo nos lo enseñaron. Su textura y percepción depende de aquel mentor que te lo mostró por primera vez.

Podría decirse que el gris es el centro, el equilibrio entre todo y nada, entre blanco o negro, es el maldito punto intermedio; no se moja, no se decanta por uno o por otro, él puede ser así, neutral por vocación, independiente por necesidad sin ser catalogado como luz u oscuridad.

No es indeciso, es soberbio, sabe lo que quiere ser y está orgulloso de ello, se funde entre lo malo y lo bueno, está donde quiere estar: representando lujo y status social o melancolía y pesar.

Lo que yo decía: se parece bastante al concepto relativo del verbo amar. Sin duda, el amor tiene tantas caras como matices la gama cromática, tantas luces y sombras que no caben en estas palabras.

Pero yo tan solo tengo una mirada, una perspectiva, un objetivo pseudomiope por el que apreciar mi realidad porque, aunque la compartamos, para cada uno tiene una importancia, damos peso a unas cosas frente a otras, seleccionamos recuerdos y endiosamos historias en pos de ser protagonistas. Lo que para unos es perfecto para otros es conformismo, lo que para unos es virtud para otros es perder el tiempo… Los colores como las personas tenemos diferentes versiones, una por cada persona que nos ha querido, según la lente por la que se nos evalúa.

cámara

Y llegamos a la conclusión que pretende transmitir esta juntaletras, todos hemos vivido el gris en algún momento, un punto ciego en una relación que nos marcó, en el que no sabíamos si tirar hacia delante o dar media vuelta y volver a nuestra zona de confort, entonces actúa el tiempo con más calma de la necesaria y como buen juez nos va poniendo a cada uno en nuestro lugar, al final, él decide quién se queda y quién se va de tu lado.

¿Y qué nos queda? El gris, siempre el gris de lo vivido, la percepción que no se lleva el olvido. Una historia que contar para reír o llorar, la tierra prometida de nuestra vena dramática. Sin duda, lo innegable es que todos somos gris para alguien y si lo hacemos bien, si somos lo bastante blanco y negro al mismo tiempo, alcanzamos la perfecta fusión del sentido común, el ying y el yang en estado puro. Nacemos completos pero nos morimos por conocer a nuestras medias naranjas. Es triste porque el equilibrio tenemos que tenerlo dentro para no poder fundirnos a negro, para brillar por propio derecho y para que cuando encontremos alguien con la misma luz causemos un big bang estelar que haga llorar a la lluvia y las 50 sombras grises que encierran ciertos “te quiero”.

Te quiero como te quiero

Es mejor quererte como yo te quiero: al contado, con luces y sombras, sin acuses de recibo ni cheques en blanco, con la honestidad de las primeras veces, con la pasión de los amantes que no son de saldo… Con la desvergüenza de saber que no hacemos nada malo por querernos. Es mejor quererte como yo a que te quieran con escaparates, telones abiertos y públicos delante. Con la verdad por bandera sin rebajas ni gangas esta es mi única oferta, no te doy el amor que me sobró de otros, te lo doy todo, decide si lo quieres, si te vale y si cumplo los requisitos de tu cuerpo, porque no vendo humo, sólo me lo fumo y esto que ves es lo que soy y lo que tengo.

Estoy harta de parejas de revista, de personas 10 que ni siquiera raspan un suficiente en quererse. Mucho lerele y poco larala.

Sin duda, es mejor quererte así, bien, como yo te quiero, como yo sé, a mi manera, a la misma que escribirían mil poetas si nos supieran. Porque sí, hay párrafos enteros en la cola del paro que te detestan y es que, desde que estás conmigo, ya no soy la misma, mi poesía triste no me atraviesa, así que qué me importa, son peores mis versos pero mejores mis besos y con esto me quedo. Firmo ya mismo para que seas mi credo y por vivir así, en este estado onírico en el que ya no distingo cuando estoy despierta de cuando duermo.

Por tu culpa, llevo un te quiero patentado en los labios, una sonrisa de imbécil y una valentía que me hace vulnerable, voy sin escudos, sin cuidado… tú me desarmas. Te quiero porque me quieres y por cómo me quieres: sin horarios, sin tabúes, sin condiciones, sin premios ni castigos… sin normas sociales. Cuando estoy arriba y cuando me caigo, sin distinción, eres mi mano, mi espalda, mi apoyo, mi colchón y lo que me haga falta, te transformas en mi necesidad conforme me asalta y, por eso, y por todo lo demás, te quiero y me quiero, porque también me gusta cómo soy cuando estoy contigo, me haces mejor de lo que era, eres el mayor reto de mi vida, ¿qué idiota no intentaría conquistarte cada día?

Te quiero aquí ahora, con ropa o sin ella, en París o en Roma, como una exigencia del ser… como una loca. Y qué más da, sin locura no hay vida, sin amor no hay sexo que valga ni ciento en el cielo que palomas volando, sí… ya no sé ni lo que digo. Adiós al sentido, la razón, el pudor, los callos del pasado, los fantasmas pretéritos que contigo se han acostado. Qué me importa el ayer o el mañana, te quiero mientras pueda, mientras dure, que el futuro como el pasado son etéreos, ácidos, diluidos, en fin más claro: aire. Te quiero y si albergas dudas, no las cuides demasiado, no son buenas amigas, albérgame a mí y léeme un poquito con amor, a ver si, de una vez por todas, te convenzo. Prometo no prometerte nada pero te digo, te cuento que me gusta quererte como te quiero, sonriendo en mitad de un beso, bailando lento a ritmo descubierto, a pecho abierto, con este corazón sin reflejos, torpe, necio, enamorada hasta las trancas de un sueño: Tú.

TE QUIERO

BENDITO SEA ESTE AMOR ETERNO.

Te quiero como te quiero y ¡joder! Cómo te quiero.

Declaración de guerra

Empiezo a desordenarme, a ser la última de la fila, la que empujan por la calle los paseantes, la que empapan los coches al pisar los charcos, soy la diana de las miradas, la chica rara de la calle, la que mira al suelo en el metro, el cero a la izquierda por propio derecho.

Ya no sé qué voy a hacer, cómo decirte lo que me está quemando el pecho, y es que no soy nada si no vienes, te acercas, te sientas y me miras un poquito, sólo un poquito, lo justo como para que no sienta que me derrito, que me muero por tenerte, aquí y ahora, así de cerca durante todos los días que me quedan. Lo siento, tengo que mirar a otra parte para que no descubras que se me caen dos lágrimas en silencio, con la azarosa rapidez de quienes juegan a ver quién llega primero a mi barbilla, no se cual de las dos ha ganado, aquí, la única que pierde, soy yo.

Bueno da igual, no me hagas caso, hoy tengo el día tonto. Ven, anda, cuéntame. ¿Qué tal te ha ido el día? Mientras me respondes, te miro la boca, el cuello, el pelo, los ojos… y otra vez acabo mirando esos labios y, mentalmente, repaso algunas de las veces que me he vuelto loca por ellos, en vivo y en directo, tan suaves, tan cálidos… joder, ni siquiera te estoy haciendo caso.

Hablas de cosas triviales, de tu rutina, de tu familia, yo mientras sudo, suspiro, me evado, sonrío porque sí, sin apenas atender a los sonidos que escapan de ti… Debo ser la peor de las novias, ni si quiera soy consciente de la suerte que tengo pero ¿cómo hemos llegado a este punto? ¿Por qué sigues haciéndome sentir así y, en cambio, ya nunca somos nosotros mismos cuando estamos juntos?

¿Qué tienen esas parejas que nos falta a nosotros? Dime, ¿por qué no estás abrazándome por la espalda? ¿Por qué, en este instante, no tengo la piel erizada por el susurro de tu voz?

Convénceme de que estoy equivocada, pero por si acaso te has aliado con ellos, con los grises, los invisibles, los que perdieron la pasión el mismo día que se conocieron… aquí va mi defensa, que espero que sea mi mejor ataque y argumento, porque me he quedado sin estrategias, este es mi último cartucho, mi bengala de salvamento, si no eres capaz de verla, posiblemente sea el final de lo que hoy conocemos como NUESTRO.

declaración de guerra

Declaro la guerra:

A los lunes.

Al invierno.

A tu ropa.

A tu madre y a todo el que te separa de mí.

A tu adiós.

A escuchar tu voz en un contestador.

A que no seas mi manta los días de lluvia.

A dormir sin ti.

A dejarte de querer.

A ducharme sola.

A no ver tu champú junto al mío.

Al despertador, a los horarios y a las horas que no estás conmigo.

A los momentos cuerdos y a las locuras que no hagamos juntos.

A tus lágrimas que son las mías.

A los soles que madrugan más que nosotros y a las lunas que no nos esperan para acostarse.

A las normas, las decisiones, las prisas, los corsés sociales y a todo lo que se espera de este “nosotros”.

Declaro la guerra a no tener una guerra contigo.

Porque sí discutiremos, mucho, pero de vez en cuando, discutiremos por cualquier pretexto con el objetivo de hacer las paces tantas veces como nos venga en gana. Claro que sí y que les jodan. Que se parta el mundo por la mitad.

Declaro, abiertamente la guerra a todo lo que no nos hace GRANDES, a los pormenores o porvenires que no incluyan un futuro juntos. Esta es mi voluntad, cariño, merecemos una tregua compacta, vitalicia… por habernos conocido y reconocido en esta vida, maravillosa sólo para unos pocos. Somos afortunados. Yo soy para ti y tú para mí. Firma a continuación si estás de acuerdo y si no… Hay una puerta ahí, al final del pasillo, que te servirá la libertad en bandeja de plata.

Tú decides. A mí, desde luego, ya me has convertido en tu aliada para todas las batallas, espero ver tu rúbrica de vuelta en esta carta, pero por si acaso, aún no te he convencido, lee mi postdata. 

Alguien que te quiere.

 Rebeca

El interesado:

 FIRME AQUÍ

P.D: La vida contigo es como mirar a través de caleidoscopio.

No lo cambiaría por nada del mundo. Te quiero

No me muerdas la boca en otras bocas

Sugiero empezar por el final, por los “ya no te quiero”, comenzar por las lágrimas, los recuerdos , la soledad, la incertidumbre, los nudos en la garganta, los dolores en el pecho, las huellas que se alejan, los dos besos, los putos celos, las despedidas de aeropuerto, los abrazos con prisa y las prisas en sí mismas, las manos que no se tocan, los cuerpos que no se retuercen mutuamente, tus jerséis sin tu olor, la cama sin tu lado, los paseos sin vértigo, las ostias que dan los “tenemos que hablar”… para al final no decirnos nada nuevo.

despedida

Propongo un inicio sin amor, sin mariposas ni resquicios de otros cuerpos… pero sabiéndonos. Odiarnos hasta los párpados de lunes a sábado y olvidarnos completamente los domingos. Hablar mal, el uno del otro, delante de nuestros respectivos amigos, maldecirnos en otros nombres, desgastarnos las costuras, los labios y los abrigos, rompernos el corazón para que, luego, no se nos rompa el amor de tanto usarlo.

Empecemos descubriéndonos en terceras personas, cansémonos de tópicos de segunda para que siempre te tenga ganas. Cometamos errores: seámonos infieles sin estar, rindámonos a tentaciones de extraños en bares y carreteras, en hoteles y discotecas, seduzcamos a desconocidos, probemos el morbo de la mano de mil salivas… seamos todo lo que tengamos que ser antes de ser nosotros mismos, hagamos lo que tengamos que hacer para que, una vez seamos tú y yo, nunca acabemos mordiéndonos la boca en otras bocas.

En definitiva, darle la vuelta al paso de la vida para pasarme toda la vida contigo.

Por si no te ha quedado claro, me explico; haré lo que sea necesario para hacerme experta en tus cremalleras, lunares y pecas, en desabotonar tus camisas, en medir cada centímetro de tu cuerpo, en recorrerte a besos desde la planta hasta el último pelo, porque quiero que nos mire el fuego y tenga miedo, porque tú y yo ya somos un incendio, pero no juguemos con lo que no podemos, hemos tenido tiempo y nos queda aún mucho por delante, por eso no quiero tropiezos ni malos detalles, quiero que me sepas como sólo tú sabes. Porque te conozco y me conoces y, sabemos, que no querernos sería un error pero que querernos mal sería aún peor. Vamos a hacerlo todo al revés, que los cuernos sean la antesala de la fidelidad más íntima, que las peleas sean con otras parejas, que las lágrimas lleven otros nombres, que las decepciones se comparen a llegar tarde o a que la comida no esté lista, porque eso será lo de menos, quiero una rutina contigo que sea como el mismo cielo y es que te quiero como para asumir las consecuencias, lo que venga y lo que sea. Quiero contigo empezar por el reverso de la historia para que no haya ninguna otra como la nuestra, ser tu causa y tu consecuencia, tu alfa y tu omega, tu enero y tu diciembre… tu principio infinito, tu primera y última vez para siempre.

infinito

La banda sonora que todos querríamos para nuestra rutina

Mi teatro

MI TEATRO (pincha sobre el título para escuchar la canción)

Pienso en despertarte cada mañana
con un beso chulo y una guerra de almohadas
Pienso enamorarte en cada mirada
con la sonrisita que yo sé que te encanta

Que no me puedas mirar
del amor que sientes ya
que no quieras dormir sin mí
que no te quieras despertar

Te espero mi teatro es para ti
ven a fabricar la luz
que alumbre esta función
donde tu actriz enamoro
al actor que vive en mi
interpretando a un hombre serio
aburrido y ya cansado de un papel que le impusieron

Pienso en conquistarte cada mañana
que te sientas guapa porque te dé la gana
pienso en admirarte sin que tu hagas nada
porque tu silencio es la obra más cara

Que no me puedas mirar
del amor que sientes ya
Que no quieras dormir sin mí
que no te quieras despertar

Te espero mi teatro es para ti
ven a fabricar la luz
que alumbre esta función
donde tu actriz enamoro
al actor que vive en mi
interpretando a un hombre serio
aburrido y ya cansado de un papel que le impusieron

Que no me puedas mirar
del amor que sientes ya
Que no quieras dormir sin mí
que no te quieras despertar

Te espero mi teatro es para ti
ven a fabricar la luz
que alumbre esta función
donde tu actriz enamoro
al actor que vive en mi
interpretando a un hombre serio
aburrido y ya cansado de un papel que le impusieron

Te espero
ven a fabricar la luz
Te espero
mi teatro es para ti

-DANI MARTÍN-