-No quiero… Sí, quiero-

No quiero que nos convirtamos en esas parejas que se besan por rutina, sin lengua, sin pasión, sin asaltos con derribos en mitad del pasillo, sin más juegos de cama que los que nos regaló tu madre.
No quiero vivir en un campo de minas, donde una palabra, mirada o gesto pueden hacer estallar una guerra entre nosotros y no, precisamente, la guerra que empezaría yo contigo cada noche de mi vida.
No quiero que seamos del Club de las parejas perfectas, esas de revista, esas con mucho maquillaje y pocas duchas de dos en dos, esas que se vanaglorian de trajes caros pero de valores de saldo.
No quiero fiestas de etiqueta, quiero que seas mi anfitrión de la vida, que me lleves de la mano como en un baile y que me hagas bailar, bailar y bailar hasta no poder más.
Quiero escuchar salir de tu boca un nosotros en mayúsculas.
No quiero preguntarle a la margarita si me querrás mañana, si te quedarás otra madrugada. Quiero hacer tostadas para dos y elegir, de tu mano en el supermercado, el menú de la semana, escoger el color de las toallas o planificar las vacaciones a la playa de tu alma.
Quiero pelos en la ducha, que haya un cepillo de dientes verde junto al mío, tener cada noche un pecho cálido sobre el que apoyarme, que tu cuerpo siga siendo el guardián de mi calor en invierno y el que me hace temblar en verano o cualquier época del año.
No quiero sentarme en un restaurante contigo si no es para que me desvistas con las ganas, no quiero bandas sonoras de cuchillos y tenedores, quiero brindis, versos y risas y que me mires cada vez como la primera vez.
Quiero cansarme contigo no de ti, quiero sudor, arañazos, buenos días y cafés largos.
No quiero que pasemos por el comedor sin cruzar la mirada como dos desconocidos, no quiero saber que estás cerca porque te oigo respirar, al contrario, quiero que me quites el aliento, que me des abrazos tan fuertes que se me partan los miedos, las teñidas dudas y los malos consejos. Quiero equivocarme contigo, que seamos el error que todos quisieran haber cometido, pero no se han atrevido. Y es que, quiero, quiero y quiero porque TE QUIERO, tanto, tanto, tanto, que no me queda más remedio que quererte, así: loca, vulnerable, decidida o valiente. Te quiero de la única forma que sé, con todo lo que soy y con todo lo que por ti seré.
te quiero